Reflexiones sobre la Educación

Desde los albores del siglo anterior se han promulgado teorías que desaprueban la forma, ya común, de educación que recibimos. En 1.916, John Dewey, realizó algunos estudios y aseveró que la instrucción como herramienta de formación no tiene la efectividad, ni las vías óptimas para alcanzar la aprehensión del conocimiento. Por el contrario, elogiaba la utilidad y el carácter definitivo que la práctica le agregaba al proceso de formación en el conocimiento.

Como adición a los planteamientos expuestos por Dewey, se proponía la posibilidad de aceptar los errores cometidos, así como sucede en los primeros años de vida de los seres humanos. Al dar cabida a este proceso, se enriquece y perfecciona el proceso de aprendizaje, ya que en la memoria del individuo quedan guardados los momentos y las particularidades de los hechos que se vieron involucrados en determinado momento, con el fin único de generar un banco de información que sirva de base de juicio para posteriores ocasiones. Esto es lo que comúnmente denominamos experiencia, cualidad o propiedad que nos caracteriza e identifica dentro del entorno en el que nos desarrollamos.

En los principios del proceso de formación, se encuentran los motivadores o impulsadores de las acciones que se llevan a cabo. Es allí donde se forjan las metas que particularmente cada individuo ha de alcanzar al final (siendo optimistas), pero es aquí donde el proceso normal de formación entra imponiendo sus delimitantes y condiciones que de una u otra forma van haciendo extinguiendo las metas que alguna vez el aprendiz soñó alcanzar. O dicho de otra forma:

La mayor parte de la capacitación tradicional no puede ayudar a las personas a obtener sus metas

Siendo un poco más drásticos y contundentes encontramos en los postulados de Dewey criterios firmes que abren la posibilidad de analizar más a fondo los delineamientos que rigen la escogencia de las personas idóneas para una tarea especifica. Aquellas personas que no poseen las habilidades (en términos generales y globales) tienen mayor probabilidad de desempeñarse adecuada y correctamente en las tareas que les sean enseñadas; por el contrario, aquellos individuos que están involucrados con niveles más altos de conocimiento tienen el sesgo exacto de la realidad que están acostumbrados a vislumbrar, aspecto que les cierra las puertas de la universalidad y por ende pierden la destreza para apropiarse de nuevos conocimientos de diversa índole, lo que es la base para aprender nuevas tareas a las que no están acostumbrados.

Si se está acostumbrado a mirar la luna únicamente por su brillo, es muy difícil apreciar la hermosura de su cara oscura

Tecnología como habilitador

Dentro de las vías del aprendizaje, existe la posibilidad de impartir conocimientos a través de la tecnología como propiciadora de entornos simulados.

¿Cómo simular el trabajo ?

Para establecer los delineamientos de los procedimientos y tareas a ser estructuradas por este método, se deben recopilar experiencias de casos particulares, que en términos generales no son oficiales, pero que de una u otra forma enriquecieron la labor y, por ende, lograron el objetivo.

Es así como fundamentado en estas anécdotas se enmarca la realidad en la que hemos de trabajar, para posteriormente desarrollar los modelos que representarán este entorno, teniendo en cuenta que las respuestas y eventos de este ambiente simulado deben ser tan coherentes como lo son los que se presentan en la vida real en referencia.

Como complemento es de primordial importancia posibilitar que se cometan errores, de tal forma que las personas involucradas tengan toda la experiencia que se pudiese vivir en la vida real al caer en un caso de equivocación, pero adicionalmente se debe proporcionar todas aquellas opciones en las que se plantea la solución posible a la eventualidad ocurrida, con la finalidad de completar el ciclo de aprendizaje mediante la retroalimentación.

Enfrentarse con lo inesperado es una habilidad crítica en un mundo que cambia rápidamente, y es una habilidad que la mayor parte de los programas de capacitación ignora

Es de anotar que en los procedimientos y planes de simulación se presente el desarrollo de los contenidos en la medida que la persona lo asimile, pues cada uno posee un estilo y ritmo propios, y para alcanzar el óptimo resultado se debe avanzar de acuerdo al grado de aprendizaje de la persona involucrada y a la velocidad que él realice este proceso.

Dentro del ámbito de las simulaciones hay que tener en cuenta la fundamentación sobre la cual se estructura el plan de aprendizaje. Estos principios deben ser las metas claras que desde el comienzo se trazan para formular los procedimientos que proporcionarán el conocimiento a aquellos que sean parte del plan de aprendizaje. Precisamente es en este plan donde se presenta la dualidad práctica/fallo que bien manejada resultará en la motivación necesaria para avanzar diligentemente en la adquisición y finalización de dicho plan.

Nadie sabe automáticamente cómo realizar su trabajo

¿ Para qué y cómo educar ?

Asumiendo un punto de vista diferente encontramos un papel preponderante para la educación en el ámbito de la vida de un ser humano.

Normalmente tenemos la idea que la educación, como vía de adquisición de conocimientos, se practica en las aulas de clase de las instituciones académicas. Pero la realidad profunda de esta práctica está mucho más allá de esta visión retrógrada.

La educación trasciende los límites de la escolaridad, pues desde el mismo seno de la familia se presentan acontecimientos que determinan los primeros y fundamentales principios de aprendizaje y formación; así mismo el proceso de educarse tiene una durabilidad tan prolongada como la vida misma del individuo, pues el constante cambio del entorno y la vastedad de conocimientos que el universo nos puede proporcionar, son un marco lo suficientemente inimaginable como para pretender cortar o ignorar la constante necesidad de mejorar y ampliar las experiencias y conocimientos asimilados.

La educación es la transformación de un individuo orientada hacia determinadas finalidades y obtenida mediante la explotación de situaciones apropiadas.

Independientemente de la longevidad de este proceso, es importante analizar quién proporciona o dirige el aprendizaje.

Desde la posición del guía, profesor o tutor, es primordial el trabajo arduo por conseguir la objetividad en el proceso de transmisión de conocimientos, pues se requiere inicialmente que la fuente provea los conocimientos de forma completa, seguido de la eficiente transmisión de los mismos, convirtiéndose así en una tarea de decir/escuchar. Para el profesor se requiere la asimilación de los contenidos a impartir, y en el momento de decirlos, convertirse en el agente de enseñanza. Para el alumno es necesario adoptar la completa disposición a escuchar, para poder captar e interiorizar los datos que están viajando a través del medio de comunicación, y en términos concretos, aprender.

Tomando este enfoque como única verdad, se presenta la relatividad del grado de aprendizaje. El profesor es en términos reales quien decide qué y cómo se debe enseñar, y en esa misma medida se proporcionará un grado de aprendizaje tan alto como la personalidad del individuo (alumno) lo permita, pero teniendo en cuenta que nunca ese conocimiento será superior al del profesor, siempre y cuando se mantengan las vías de transmisión y/o adquisición de conocimientos.

Adicionalmente en este enfoque se asume que la acumulación (más no la interiorización y asimilación) de conocimientos es el equivalente a tener la suficiente experiencia para afrontar los eventos de la vida diaria. En esa misma línea se presentan los eventos de recompensa y castigo que hacen parte vital del proceso de formación; es el medio externo quien los proporciona y se adquiere así la dependencia de ellos, pues es bien sabido que el medio externo, en su gran mayoría, no es controlable por los individuos (llámese organización, persona, etc. para darle connotaciones más globales a este enfoque en particular).

Pasando a la contraparte de lo expuesto, llegamos al enfoque autónomo de cada individuo en el que la experiencia se va proporcionando en la medida que la persona asimile los conocimientos a los que ella misma se exponga o enfrente, posiblemente de fuentes externas como documentos o experiencias ajenas, pero también es válido retomar las propias experiencias para hacer de ellas una fuente enriquecedora de nuevas experiencias y mayor aprendizaje.

Siguiendo este modelo se presenta en el individuo un patrón propio o único de aprendizaje, pues es él quien le proporciona los elementos de juicio y los delineamientos que lo llevarán a la adquisición de los conocimientos que sólo él requiere, pues de antemano ha puesto sus metas como motivador del proceso. Al finalizar el ciclo se llega a la experiencia que se convierte en fuente de proposición de proyectos de solución de posteriores y/o actuales problemas o eventualidades, y es allí mismo donde se proporciona a sí mismo los incentivos necesarios para proseguir la marcha necesaria para alcanzar los objetivos anteriormente trazados y los nuevos generados debido al cambiante entorno y las propias necesidades.

En definitiva, el carácter excluyente de las dos corrientes de formación, conduce a la inequívoca solución de buscar la integración de las bondades y beneficios de uno y otro enfoque para proporcionar, a todos aquellos que alguna vez tengan contacto con las vías del aprendizaje, la solución y el procedimiento óptimos para conseguir las metas que se propongan y/o se hubieran propuesto.

Paralelamente se propone una dualidad similar dentro de una visión más científica.

Existe un enfoque educativo algorítmico (que tendría los equivalentes a la educación propuesta desde el profesor) en el que la enseñanza es controlada por un diseñador (en el término amplio de la palabra) y es de importancia alta conocer el principio y el fin del proceso, es decir, se deben tener claros los pasos o etapas que se han de dar para alcanzar el fin propuesto desde un inicio. Con esta misma filosofía se darán las secuencias predeterminadas de actividades que conducirán a lograr las metas mensurables que ya fueron establecidas.

Establecidas estas reglas de juego se llegará a la estructuración necesaria y la precisión requerida que dará los resultados esperados y, en adición, dará posteriores pautas para retomar los procedimientos ya ejecutados con fines de transmisión y legado.

Es de anotar que en este marco se delimita la capacidad creativa e ingeniosa, pues se cohibe la posibilidad de descubrir nuevos aspectos y fuentes de conocimiento debido a la rígida estructura establecida, dando como resultado el proceso ineludible de asimilar.

Igualmente la pareja tiene que completarse con un enfoque educativo heurístico en el que el aprendizaje es un proceso de discernimiento repentino que conlleva a la obtención de experiencias conjeturales que enriquecen definitivamente la aprehensión de conocimiento. Tomando esta vía se llega al descubrimiento autónomo de los elementos de esa pequeña realidad que se ha pretendido conocer.

Adicionalmente se debe proporcionar, por parte del individuo que interactúa conjeturalmente con el objeto del conocimiento, un entorno o ambiente que permita alcanzar las metas propuestas y, por ende, la adquisición del conocimiento requerido.

Si se presentase como fuente de conocimiento algún agente externo como un profesor, debe éste generar o desarrollar las capacidades de autogestión en el aprendiz. Para ello se establecen una serie de estrategias heurísticas basadas en la sicología cognitiva:

1. Se debe aprender a soportar y superar los fracasos que eventualmente se presenten, pues de ellos saldrán las respuestas y soluciones que llevarán a alcanzar las metas propuestas.

2. Distinguir entre transmitir la experiencia acumulada y transmitir los modelos (o interpretaciones) de dicha experiencia, es en sí respetar la forma de ver o percibir el mundo en el que se desenvuelve el individuo, adicionándole la posibilidad de forjarse el criterio necesario para obtener las propias experiencias.

3. En la medida que se proporcione al alumno la oportunidad de recorrer el camino por sí mismo se desarrollará perceptible e inercialmente la capacidad de tomar conciencia sobre lo que se es capaz de lograr y hacer, y lo que definitivamente requiere un esfuerzo mayor y/o posterior para lograrlo (dejando de lado un poco lo que no se puede lograr, por ser una posición negativista y trascendental).

4. Por último se deben ambientar los escenarios de tal forma lúdica que proporcionen la suficiente motivación interna para alcanzar su propia meta de formación.


BIBLIOGRAFÍA

· ROGER, Carl R. LIBERTAD Y CREATIVIDAD EN LA EDUCACIÓN.
· PÉREZ, Carmen. CREATIVIDAD, ORDENADOR Y ESCUELA
· NOT, Louis. LAS PEDAGOGÍAS DEL CONOCIMIENTO.